En el año 2006, la Asociación Cultural “Amigos de la Estatua del Poeta Gabriel y Galán en el Paseo de Cánovas”  dirigió un escrito al Excmo. Ayuntamiento de Cáceres solicitando una réplica del Toro-Verraco y de la Estela-Guerrero de piedra que fueron encontradas en Segura de Toro para que fueran entregadas a este pueblo, su lugar de origen. 

 

Berraco_Segura

Ambos monumentos originales fueron llevados en el año 1969 al Museo de las Veletas donde se encuentran expuestos desde entonces. El ayuntamiento cacereño aceptó encantado la propuesta y trasladó el encargo a la escuela taller de cantería de la Universidad Popular Don acurié Antonio Pérez . Por su parte, el Ingeniero de Caminos Don Iluminado Bueno, vecino de la localidad de Casas del Monte, enterado de esta iniciativa, donó de forma altruista  dos grandes rocas de granito, para que fueran realizadas las réplicas del verraco y del guerrero celta.

La réplica de este verraco, de unos 1.300 kilos de peso, acaba de ser colocada donde estaba antes, en la plaza junto al toro que da nombre al pueblo, 42 años después de que se llevaran los originales al museo de Cáceres. “Para el pueblo de Segura de Toro, recuperar el verraco, aunque sea una copia, supone un hecho histórico», afirmaba ayer D. Emiliano Corredor, alcalde de esta pequeña localidad del Valle del Ambroz (de unos 180 habitantes), que se encuentra a 32 kilómetros de Plasencia.

Guerrero_Segura_de_ToroEste tipo de verracos de piedra son extraños monumentos megalíticos que se encuentran en España, en las provincias de Cáceres, Salamanca, Zamora, Ávila, Toledo y Segovia y en Portugal, de la época de los Vetones (600 años A.C.), y su finalidad no está muy clara. Por un lado, se cree que delimitaban terrenos dedicados al pastoreo, por otro que pudieran tener un significado místico o religioso, concretamente el culto a los muertos o ritos funerarios (esto es debido a que algunos tienen grabadas inscripciones funerarias latinas de la época romana), o el culto a la fertilidad.

Queda pendiente de ser entregada la copia del guerrero, que es la escultura que más impresiona a los niños que visitan el Museo de Cáceres, junto a una estela de un ser antropomorfo, que no falta quien diga que es la representación de un extraterrestre.